Cómo decimos lo que no queremos decir.

¿Puedo esconderme para siempre? De todo el mundo, de mí misma, de lo que se espera de mí. Por qué hacerlo tan complicado. Por qué esperar a hacer todo en función de las personas. ¿Se lo debemos? Nuestra cordura, nuestra vida, nuestra decepción...

Por qué hay gente que es insana y otra, es lo contrario. Qué le deben esas personas a la vida para pagarlo de esa forma. Y que deben hacer las personas sanas para llegar hasta el otro extremo.

Esto no va a parar nunca.

Cómo decimos lo que no queremos decir.

¿Alguien puede responderme? ¿Alguien puede ayudarme?

Algo que parece tan simple pero en un segundo se vuelve retorcido, oscuro, caótico.

Una simple respuesta puede desarmar a demasiada gente. Entonces, ¿Por qué es tan malo mentir? ¿Por qué las personas juzgan un modo de aliviar la presión e intentar ser libres? 

Doble rasero diría yo.

No puede ser tan complicado. Complicado es no tener para comer, no tener casa o la amenaza de destruir lo que más amas.

¿Cómo se puede comparar todo esto con la decepción de aquellas personas a las que les debes casi la mayor parte de ti?

Por favor, ¿Alguien puede responderme? ¿Alguien puede ayudarme?

Solo pido un suspiro, tranquilidad en mi mente, saciar mi lado oscuro por una vez en toda mi vida. Respira una vez más antes de entrar en la guerra de nuevo.

Cuenta con tus propias armas, se astuta, sé inteligente y fuerte, lo necesitarás de una vez por todas. No pares de luchar porque el día que lo hagas, no podrás levantar todo aquello por lo que luchaste.

¿Alguien puede responderme? ¿Alguien puede ayudarme?

No, esta vez tienes que levantarte tú sola.

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